¿Es ético y legal colocar un rastreador a una persona?
La tecnología hace que todo lo que hacemos cada día quede, de alguna forma, guardado o monitorizado. Toda nuestra actividad es objeto de estudio para las grandes compañías de datos. publicidad e incluso campañas políticas.
Cada vez estamos más acostumbrados a ello pero ¿hasta que punto es ético y legal el uso de un localizador?
Según la frase de Mikael Karlsson, de la compañía Trax
«Todo lo que se puede rastrear hoy va a ser rastreado. Eso no se puede parar, la pregunta es ¿cómo lo haces?»
Uso de localizadores en niños
Es evidente que el uso de un localizador en un niño es por motivos de seguridad y tiene básicamente una intención de protección.
En España, la cifra de desapariciones de menores es muy inferior a la de otros países aunque al año se denuncia unas 15.000 según datos del Cuerpo Nacional de policía.
La constante aparición en los medios de casos notables con trágicos desenlaces ha conmovido a la opinión pública y despertado el debate ético y legal sobre el uso de soluciones que permitan saber, durante las 24 horas del día, dónde está un niño.
La evolución de la tecnología permite ya la utilización de diferentes dispositivos, e incluso la implantación de un chip subcutáneo. Otra cuestión es si ese control del niño es ético.
Hay muchos modelos diferentes
Hay ya infinidad de tecnologías para el rastreo de niños. El teléfono móvil es el dispositivo de rastreo por excelencia ya que, desde el momento en que está encendido, es localizable. Lo malo es que es demasiado fácil de perder o separar del niño en caso de rapto. Además no es recomendable su uso en niños menores de 12 años.
Más prácticos son los dispositivos GPS, que permiten localizar a quien lo lleva por satélite, esté donde esté.
Los móviles, brazaletes, relojes o gorras pueden servir para seguir el rastro de un niño que se pierde, pero tienen un inconveniente obvio en el caso de que haya sido secuestrado: el delincuente puede deshacerse de ellos.
¿Hasta dónde vamos a llegar?
Ya en el año 2002 y tras el impactante secuestros de dos niñas inglesas, Kevin Warwick ideó un implante subcutáneo que contenía un microchip que, a través de la red de telefonía móvil, enviaba señales a un ordenador para localizar a la víctima. Él mismo probó esos implantes en su propio cuerpo y ofreció su invento públicamente a los padres británicos. Al instante recibió cientos de peticiones pero su propuesta fue recibida con un gran escándalo por sus implicaciones éticas y la pérdida de intimidad que implicaba, así que no se permitió su venta.
Uso de localizadores en personas mayores
En este apartado, entendemos como personas mayores aquellas con enfermedades como Alzehimer, demencia o cualquier otra que conlleve pérdidas del sentido de la orientación.
También es adecuado el uso de localizadores en algunas personas con discapacidad que por su comportamiento puedan necesitarlo. Incluso personas que viven solas y quieren tener la seguridad de poder realizar una llamada de emergencia en cualquier instante.
Un localizador puede ser el mejor compañero en muchos casos y una gran ayuda. El «problema» ético y moral viene cuando la persona no quiere usarlo. ¿Es legal realizar un seguimiento sin que lo sepa?
Un localizador es mucho más
El posicionamiento GPS o las llamadas de emergencia son de gran utilidad. Incluso las vallas virtuales que nos avisan si la persona abandona una zona denominada como «segura.»
Algunas compañías van más allá y ofrecen mecanismos basados en una serie de sensores de movimiento y sensores en las puertas, además de distintas alarmas que las personas mayores pueden llevar puestas.
El sistema envía información desde dentro del hogar por wifi. Los sensores registran tanto los movimientos “activos” como “pasivos”. De esta forma el sistema podría avisar, por ejemplo con una alarma, cuando una persona no se ha movido durante un determinado periodo de tiempo. Incluso también si parece estar yendo con mucha frecuencia al baño, lo cual podría ser un indicativo de una infección urinaria.
Así visto parece un gran avance para los cuidados geriátricos pero ¿no sería esto una gigantesca invasión de la privacidad de las personas?
Uso de localizadores en los vehículos
También se está poniendo muy de moda el uso de estos aparatos en los coches, camiones, autobuses…tanto por seguridad ante un robo como para facilitar el control de la posición en las empresas de trasporte y distribución.
Evidentemente nadie va a entrar a discutir si es ético el uso de un localizador en un autobús para saber el tiempo que va a tardar en llegar a la parada, al revés, es uno de los grandes avances de la tecnología.
Ni tampoco la ventaja de que realice un aviso a emergencias en caso de detectar un impacto.
¿Pero que ocurre si este localizador se instala en el coche familiar?Imaginemos que un miembro de la familia coge el coche para ir a trabajar. Otro de los miembros rastrea el vehículo sin que el otro lo sepa y descubre que no está donde debería, sino en otro lugar.
Puede que simplemente se haya desviado a por gasolina, por una llamada de un amigo o para comprar algo para la cena. O puede que no. Como veis la polémica, a su regreso, está servida.
¿Y qué dice la ley al respecto?
Localizadores personales
La ley garantiza “el derecho al honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen” de todas las personas.
Para los menores, en el Código Civil nos encontramos que “la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica”. Por lo tanto queda bajo nuestra responsabilidad el proporcionarle los mejores cuidados y seguridad.
Lo mismo ocurre con los mayores o enfermos, es la familia o tutor legal quien mejor conoce a la persona, y quien debe considerar los recursos más adecuados a la situación clínica para velar por su bienestar y seguridad.
Según la opinión de diferentes abogados, el aspecto clave en la legalidad, radica en que la persona (menor, adulto, discapacitado…) debería ser informada sobre la presencia y funcionamiento de dicho aparato lozalizador. Lo cual se limita a “informar”, no a llevarlo a cabo o no. Es decir, debemos informar, pero no nos prohíbe la posibilidad de hacerlo.
Localizadores en el trabajo
Es este caso la ley si es muy clara. Y sí, es legal el empleo de sistemas de localización para el control de vehículos comerciales y personal. Estos sistemas localizadores pueden estar instalados en el propio vehículo o en el móvil del trabajador. Ahora bien, hay que distinguir distintos supuestos para mantener la legalidad:
1. Si el vehículo o el dispositivo móvil es propiedad de la empresa y su uso es exclusivo para tareas laborales, la empresa tiene el deber de informar al trabajador de que se ha instalado o activado un sistema de localización. El trabajador tiene la obligación de aceptar este sistema de control.
2. Si el vehículo o el dispositivo móvil es propiedad de la empresa, pero se permite al trabajador su empleo para asuntos personales, la situación legal es bastante parecida a la del caso anterior. Quedaría, por lo tanto, a decisión del trabajador, y bajo su responsabilidad, el uso o no de esas herramientas (vehículo, móvil, tablet) durante su tiempo de ocio o descanso, ya que ha sido informado de que su actividad está siendo recogida por los sistemas de control de la empresa.
3. Si el vehículo o el dispositivo móvil es propiedad del trabajador, pero lo pone a disposición de la empresa para el desempeño de su trabajo, el supuesto será similar al del caso anteriormente descrito. El principio que rige el derecho del empresario a controlar el correcto cumplimiento de las obligaciones de sus trabajadores es el que rige y legitima este tipo de medidas. Por lo tanto, y con las mismas limitaciones, se podrían activar sistemas de localización.
4. La empresa, en ningún caso, tendrá derecho a instalar sistemas de localización en los vehículos o dispositivos de uso exclusivamente privado que empleen sus trabajadores.
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